Brindar en todo momento un buen servicio. Resguardar en forma permanente las instalaciones, material y sus ocupantes. Mantener un ambiente de seguridad. Cumplir con los requerimientos de seguridad que el lugar o el cliente requiera. Contribuir al cumplimiento de sus espectativas o metas de cada cliente o empresa. Realizar continuamente supervisiones al personal de seguridad privada para mejorar el servicio.